sábado, 25 de octubre de 2008

Cuentos Chinos

Digamos que el temor es un sentimiento que hace huir o rehusar aquello que se considera dañoso, arriesgado o peligroso. Podemos partir de esta definición para comentar que el temor a lo desconocido es aquello que no conocemos y nos provoca temor, es decir, que como no lo conocemos, no hacemos nada por conocerlo y huimos de ello o simplemente lo desechamos porque nos pensamos que puede provocarnos daño.

Suelto este rollo porque me sirve de introducción a lo que quiero comentar a continuación.


Resulta que el otro día tuvimos una conversación en casa en la que aseguraban que en el restaurante chino de mi pueblo, un hombre que fue a comer allí se encontró mal y al ir al hospital y hacerle una limpieza de estómago, le encontraron un chip de esos que identifican a los perros. Conclusión: la carne que sirven en el restaurante es de perro.

Como soy aficionado a las leyendas urbanas y la noticia me extrañó, me puse a investigar por Internet y efectivamente, era leyenda urbana.

Lo cierto es que hay multitud de historias que se refieren a este tipo de restaurantes y da la casualidad de que ninguna habla bien de ellos.



Cuentan los habitantes de cada pueblo en donde hay uno de estos bares que antes habían muchos perros callejeros y que ya no hay ninguno, que si nadie ha visto a un chino que se haya muerto y lo hayan enterrado, que el arroz lo preparan en una sábana en el suelo, que el restaurante está cerca de un río para aprovechar las ratas que hay en él, que si se ve en las azoteas de los restaurantes la carne secándose porque es de perro, ...

Basta echar un vistazo por vuestro buscador preferido y os daréis cuenta de la cantidad de leyendas que hay sobre este tema.

La más desagradable e increíble que me han contado fue la que decía que después de comer una pareja en uno de estos restaurantes, les entraron dolores de estómago y fueron al hospital. Allí le hicieron un lavado y les encontraron tres tipos distintos de semen.



Bueno, visiones desagradables a un lado, es mucha casualidad que en todos los sitios hayan pasado este tipo de historias con estos restaurantes. Nadie habla de los restaurantes españoles, por ejemplo, que hay cada uno que sí que merece una leyenda pero no urbana, sino mundial.

Por supuesto, no intento convencer a nadie de que vaya a estos sitios, ni mucho menos, pero sí que la gente deje de temer de una manera irracional a esta población (una de las primeras potencias mundiales) sólo porque no la conocen. Esos que tanto la critican, que al menos prueben a ir y una vez conocido decidan si van o no van. Yo mismo anoche fui a cenar a un restaurante chino y sólo puedo criticarles una cosa: en mi opinión el perro lo sirvieron bastante duro.

No hay comentarios: