sábado, 7 de noviembre de 2009

Ágora, de Alejandro Amenábar

Las pelis de Amenábar siempre tienen algo especial. Siempre sorprenden. Al menos a mí.


Su debut, "Tesis" es una magnífica película que te tiene enganchado desde el minuto uno y que te hace sentir miedo, desconfianza e intriga a partes iguales y todo eso con una ambientación de bajo presupuesto. Cinco estrellas.

Luego vino "Abre los ojos", una película que desconcierta, hace que estés perdido pero que sobre todo te hace pensar y mucho y eso fué lo que más me gustó de ella. Otras cinco estrellas.


El salto al estrellato definitivo lo tuvo con "Los otros". Estrella mundial para el papel protagonista, que además es que se sale, película de miedo con truco final que te descoloca del todo y ambientación terrorífica y claustrofóbica. Lástima que la gran peli "El sexto sentido" se estrenara antes. Y van quince estrellas.


Los grandes premios se los llevó con "Mar adentro". Goyas por todos los lados y Óscar incluido. Una peli en la que Amenábar se pone serio y que trata el tema de la eutanasia pero sin moralinas. Actores españoles que también se salen, maquillaje de lujo y excepcional el diálogo entre el prota y el cura. Cuatro de cuatro=veinte estrellas.


Y entonces llegó la película de época, de gran presupuesto, con una gran ambientación, decorados espectaculares, actores extranjeros de nombre... Pero... Ay!



Resulta que la peli comienza y llevas una hora viéndola y cuando te das cuenta te preguntas ¿Pero esto cuándo empieza? La película, para mí, es muy lenta. Se repite muchísimo y se pierde en divagaciones.

Resulta que el film en cuestión va de la vida de la filósofa Hipatia en la época de la Alejandría tardía, en la que conviven varias religiones, como la judía, la pagana o la emergente cristiana; y sobre las luchas por el poder entre ellas, claro.


La peli comienza con los enfrentamientos entre paganos y cristianos y el odio que existía entre ellos. Así que se mata a la gente a lo burro sin otro motivo que la fe, cortando cabezas y lo que haga falta. Mientras, Hipatia se plantea si es el sol el que gira alrededor de la tierra o es la tierra la que gira alrededor del sol.


Cuando el primer conflicto termina, los paganos se convierten al cristianismo. Y resulta que media hora sin guerra para los cristianos es mucho, así que ahora se lían a la pedrada con los judíos, que estaban muy tranquilos ellos. Así que vuelta al principio con los mismos protagonistas. Mientras, Hipatia, vuelta la burra al trigo, que si el sol gira o es la tierra la que gira y así hasta el final.



La película, como he dicho antes, se hace muy lenta, quizás por lo repetitivo de su planteamiento y no te engancha en ningún momento. Hipatia se pierde entre tanta reflexión y tanto repetir lo mismo.


Pero lo que menos me gustó fue la moralina que desprende la película. Entiendo que se trata de una crítica-reflexión de las religiones en general, de lo mal que lo hicieron en el pasado y de la gente que murió en nombre de la fe a los dioses. Lo que no me gusta es que se ceba con el cristianismo. Sí es verdad que deja ver que todas las religiones son iguales, pero también deja ver que de todas, el cristianismo es la peor y en mi opinión no era para nada necesario, aunque históricamente fuera así. Esa falta de moralina era la que hacía grande "Mar adentro". Se podría haber prescindido de ella.


Aún así, al ver la película, da la sensación de estar viendo una gran película. Se nota la mano de Alejandro con la cámara y los decorados son espectaculares. Además el Google Earth funciona a las mil maravillas.

En conclusión, no llegamos con esta a las 25 estrellas. Para la próxima seguro que será.