sábado, 23 de mayo de 2009

Bienvenido de nuevo, Mario Benedetti


No, no me he equivocado de título, ni me he vuelto loco. Cuando alguien con importancia y trascendencia fallece, considero que no hay que decirle un adiós, sino un bienvenido.

Bienvenido para mí porque lo tenía muy apartado de mi vida en los últimos años. Casi olvidado más bien. Y la peor de las noticias me ha devuelto a mi vida la intriga, el interés y el entusiasmo por volver a releer la obra del que considero uno de los mejores poetas de los ¿últimos? tiempos.


Mario Benedetti llegó a mi vida por influencias marítimas y desde entonces le tengo mucho cariño a su obra poética. Es un poeta que trata temas "simples" y universales de una manera sencilla, cosa que se agradece en la poesía, ya que normalmente los poetas se suelen perder entre palabras rebuscadas y es difícil entender lo que quieren decir la mayor de las veces debido a las metáforas tan complejas que utilizan en sus composiciones, que yo creo que ni ellos mismos lo entienden. Con Mario Benedetti no pasa eso. Sabes perfectamente de qué habla en cada momento y, además, tiene la virtud de tratar temas con el que sueles sentirte identificado.


Tengo que reconocer que mi amor a la obra del poeta uruguayo no se manifiesta en el número de libros del autor, ya que apenas he leído un par de ellos, pero sí por lo que significó para mí en un momento de mi vida, ya que me hizo descubrir que había vida poeta más allá de Federico García Lorca. Además de la ya citada influencia marítima, de gran importancia en el devenir de mi vida.


Sólo me queda recomendar a cualquiera que lea esto que se asome a la obra de este gran personaje de la cultura universal. Basta con echar un vistazo en la red para darse cuenta de la importancia y trascendencia que ha tenido, tiene y tendrá.
Desde el frisodechesu, el homenaje a Mario Benedetti.

Hagamos un trato


Cuando sientas tu herida sangrar
cuando sientas tu voz sollozar
cuenta conmigo.
(de una canción de Carlos Puebla)

Compañera,
usted sabe
que puede contar conmigo,
no hasta dos ni hasta diez
sino contar conmigo.


Si algunas veces
advierte
que la miro a los ojos,
y una veta de amor
reconoce en los míos,
no alerte sus fusiles
ni piense que deliro;
a pesar de la veta,
o tal vez porque existe,
usted puede contar
conmigo.


Si otras veces
me encuentra
huraño sin motivo,
no piense que es flojera
igual puede contar conmigo.


Pero hagamos un trato:
yo quisiera contar con usted,
es tan lindo
saber que usted existe,
uno se siente vivo;
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos,
aunque sea hasta cinco.


No ya para que acuda
presurosa en mi auxilio,
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo.


No hay comentarios: